Poco les faltó para sugerir que Arturo González Cruz, “está pidiendo la acogedora piedad del manicomio”.
La Real Academia, define al manicomio como un “hospital de locos”. El término proviene de manía y del gr. komeín, cuidar.
Durante la mañanera estatal de ayer, el gobernador Jaime Bonilla Valdés consultó al secretario de salud, Alfonso Óscar Pérez Rico, sobre la salud mental del presidente municipal de Tijuana Arturo González Cruz.
El diagnóstico preliminar, del secretario de salud, fue que el alcalde padece un estado de angustia en sentido estricto:
“Con excepción de poderlo valorar, seguramente los cargos que tiene emanan mucha presión y estado de ansiedad”.
De su diagnóstico preliminar, el galeno Pérez Rico pasó al definitivo: “trastorno bipolar…maniaco depresivo” …
“Que consté que yo no lo dije”, aclaró el gobernador Jaime Bonilla quien, ante los supuestos cambios de humores del edil tijuanense, le hizo una misericordiosa sugerencia:
“Si en la mañana eres bueno, al medio día eres malo, en la tarde eres bueno y en la noche malo, hay que checarse médicamente”.
¿Qué tan grave son los supuestos síndromes psicóticos y trastornos maniacodepresivos del presidente municipal de Tijuana?…
¿Cómo le afecta el trastorno bipolar, diagnosticado por Pérez Rico, en su desempeño como alcalde de una de las ciudades más importantes del país?…
¿Con base en qué estudios, test o valoraciones realizó el doctor Pérez Rico el diagnóstico sobre la salud mental de Arturo González Cruz?
Sean fundados médicamente o no, los comentarios dados a conocer en vivo y en directo sobre las manías del presidente municipal de Tijuana son muy delicadas.
En principio dañan su imagen personal y profesional pero, lo más grave, es que ponen en entredicho su capacidad para gobernar.
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